Tras varios años de dirigir sus ataques al sector financiero, los ciberdelincuentes ahora se están enfocando en industrias más tradicionales, como la manufactura.
Las empresas manufactureras no se consideran objetivos lucrativos para los ciberdelincuentes y, por lo tanto, no sorprende que las medidas tomadas por las áreas de tecnología, para proteger los sistemas informáticos, sean relativamente menores. Después de todo, el sector industrial no realiza grandes volúmenes de transacciones en línea, ni tiene bases de datos llenas con información bancaria de millones de clientes. Tampoco parece que este sector sea un blanco apetitoso para los piratas informáticos que salen a pescar información clasificada de los gobiernos. Finalmente, ¿de qué manera, sabotear una fábrica o una planta de lavadoras podría vulnerar la seguridad nacional de un país?
Bueno, las estadísticas contradicen esta afirmación. Un estudio hecho por Kaspersky, un proveedor multinacional de ciberseguridad y antivirus con sede en Moscú, Rusia, muestra que las manufactureras son las más vulnerables ante las amenazas cibernéticas: las computadoras industriales representaron alrededor de un tercio de todos los ataques registrados en 2017.
Los nuevos y complejos candados de seguridad que utilizan las instituciones financieras dificultan el robo de información bancaria de usuarios y números de tarjetas de crédito. Esto ha impulsado a los crackers —término que se aplica a quien, además de poder entrar en sistemas ajenos, lo hace con fines delictivos— a buscar nuevos blancos para sus ataques.
هذه القصة مأخوذة من طبعة Agosto 2018 - 271 من MANUFACTURA.
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