Francisco Martín Del Campo

El reconocido arquitecto nos platica sobre cómo logró cumplir sus sueños de niño y cuál ha sido el proceso para enfrentarse a los cambios del mundo moderno, llevando a cabo ambiciosos proyectos que lo colocan como uno de los mejores arquitectos a nivel internacional.

- Esther Herrero

La Ciudad de México ha tomado gran importancia a nivel nacional e internacional gracias a su arquitectura, construcción de rascacielos sobre Paseo de la Reforma, edificios nuevos y remodelados en Polanco con vistas al Bosque de Chapultepec y la nueva zona comercial, empresarial y residencial de Santa Fe.

En esta ocasión, el arquitecto Francisco Martín del Campo nos recibe en su impresionante penthouse, el cual tiene una de las vistas más maravillosas de la ciudad, sobre el Bosque de Chapultepec, desde donde se aprecian los rascacielos de la zona financiera, entre los que destaca por su elegancia de diseño el edificio conocido como Chapultepec 1, cuya vista es impactante cuando cae la tarde, y no menos espectacular al llegar la noche, en que las estructuras brillan intensamente.

Francisco es un hombre polifacético, mantiene una sencillez y calidad que hacen la plática con él un momento muy divertido y agradable. Entre sus aficiones destaca la pintura, a la que le ha dedicado ganas, pasión y años. Incluso a finales de la próxima primavera expondrá su obra en la Fundación Pons en Madrid, España.

¿Cuándo supiste que querías ser arquitecto?

Desde niño siempre tuve la inquietud de manejar espacios. Todos mis juegos de niño eran haciendo casitas de palo, y cuando íbamos al campo, me entretenía haciendo guarniciones con palos y hojas, lugares para que vivieran animales, imaginándome que vivía gente. En ese sentido, yo creo que desde niño supe y nunca dudé lo que quería hacer de grande.

¿Dónde estudiaste?