Dreaming Of Blue

Baha Mar, un colosal desarrollo turístico y hotelero, con más de 40 restaurantes y bares, y el casino más grande del Caribe, renueva la oferta de lujo y confort en las playas de Nassau.

With more than 40 restaurants and bars and the largest casino in the Caribbean, the colossal Baha Mar resort redefines luxury and comfort on the beaches of Nassau.

- Domingo Alvarez

EL PAISAJE, COMPUESTO POR PEQUEÑAS CASAS DE COLORES, DESTELLOS TURQUESA DEL CARIBE QUE SE EXTIENDE HASTA EL HORIZONTE Y LA SOLEDAD DE LA CARRETERA, INTERRUMPIDA ÚNICAMENTE POR LA APRESURADA MARCHA DE NUESTRO TAXI Y LAS ORGULLOSAS PALABRAS DE BIENVENIDA DE NUESTRO CONDUCTOR (“¡Qué bueno que nos visitan! En ningún lugar del mundo hay algo similar a Bahamas”, afirmaba emocionado), parece extraído de otro tiempo: la postal que se revela frente a nosotros se antoja como el recuerdo vivo de una época que consagró sus ambiciones turísticas a las costas de algún país exótico y un jet set que se encargó de convertir las playas de Nassau en uno de los destinos más exclusivos del mundo. El recibimiento es alegre y melancólico; dos décadas fuera de los reflectores bastan para ocultar cualquier edén.

En los primeros años del siglo XXI, las ideas iniciales de un ambicioso proyecto renovador comenzaban a sugerir el futuro de las Bahamas. Con un pie puesto en la tradición de los grandes resorts que impulsaron el crecimiento turístico del Caribe y, el otro, firmemente plantado en las tendencias hoteleras de vanguardia, Baha Mar (bahamar.com) nació impulsado por la esperanza de que el paraíso siempre admitirá su reinvención. “Además de revitalizar las zonas cercanas a Cable Beach, los primeros desarrolladores ya pensaban en volver a impulsar al país como un producto turístico actual”, recuerda Graeme

Davis, presidente del complejo que requirió 4.2 mil millones de dólares y una década y media de trabajos –incluyendo una pausa de casi cuatro años, detonada por la crisis financiera de 2008– para volverse realidad.