Y Vivieron Felices Para Siempre A Pesar De Sus Suegros

Dicen que “bien casada es la que no tiene suegra ni cuñada”, pero la relación con los papás de tu amorcito no tiene que ser un infierno. Aprende a lidiar con ellos para que no estés caminando sobre espinas el resto de tus días.

- Redacción Moi

Qué padre sería que después de casarte pudieras mandar a tu suegros lejos, lejos, a un lugar del que solo salieran el día que necesitas que cuiden a tus hijos para irte de viaje. Pero como eso es un sueño guajiro, más te vale aprender a ponerle buena cara a esas dos personas que le dieron la vida a tu pareja… o aprender a ponerle un freno a los que te dieron la vida a ti.

Pueblo chico...

Lidiar con tus suegros requiere de mucha agilidad, tacto y, a veces, de mucha franqueza. Hay que recordar que son los papás de tu fulano/a y que mientras vivan van a estar presentes, así que primero hay que entender tres cosas básicas:

1. Tus papás probablemente también sean una pesadilla, pero ya te acostumbraste. 2. Solamente el hijo puede decir lo verdaderamente infernales que son SUS papás. 3. Tú también vas a ser suegro en algún momento y, aunque tengas buenas intenciones, no sabes si vas a acabar siendo infernal.

Detrás de cada suegro

Podrás estar convencido de que tus suegros son Satán y Lucifer encarnados, pero hay razones de fondo por las que tienden a ser difíciles. Primero que nada, sienten que su bebé se les va y no solo a formar su nueva familian sino ¡a atender a otra! ¡Horror! Además, los papás en general suelen sentirse los consejeros de la tribu, entonces su deber es guiar a aquellos que son más jóvenes que ellos, sin importar si se les piden dichos consejos o no. Y por último, los papás saben que su yerno o nuera tienen como misión ganárselos (por lo menos al principio), lo cual quiere decir que si se hacen algún comentario incómodo o hiriente, tienes que sonreír y aguantarte. Hasta nuevo aviso.