Desecación de lagos – Los que se fueron

Decenas de lagos desaparecen en todo el mundo. Estos cuerpos de agua son una de las principales víctimas del cambio climático, sin embargo es la intervención humana (la sobreexplotación y la contaminación) su mayor enemigo.

- Sarai J. Rangel

Parte I Miradas vacías

Un lago es el aspecto más bello y expresivo del paisaje. Es el ojo de la tierra, donde el observador mide la profundidad de su propia naturaleza.

Henry David Thoreau (1817-1862)

Las imágenes que Ako Salemi cuelga en su perfil de Instagram rayan en lo surrealista: un muelle sin mar, buques oxidados anclados a dunas, un bote anegado de arena. No se trata de montajes. Gracias a una beca otorgada por el Centro Pulitzer sobre Informes de Crisis, este fotoperiodista de 35 años registra con su cámara los estragos que el actual cambio climático antropogénico está ocasionando en los cuerpos de agua de su lugar de origen: Irán. La mayoría de sus fotografías tienen como escenario el Urmía, otrora un impresionante lago salado de 5,200 kilómetros de extensión en el noroeste de este país. Se le consideraba el más grande de Medio Oriente: “era fuente de orgullo nacional y uno de los principales destinos turísticos”, dice el fotógrafo. Pero en los últimos 14 años, entre 90 y 95 por ciento de sus aguas han desaparecido, convirtiéndose en un salar gigantesco. En otras regiones la sequía y la sobreexplotación de los recursos también han mermado estanques y lagos, obligando a la población a desplazarse a nuevos sitios en busca de mejores condiciones para vivir. De seguir así, alertó la NASA, en las próximas dos décadas esta nación podría perder hasta 35% de su territorio actualmente habitable.

Sequía en ciernes