Aunque estemos lejos del barco, y lo tengamos apartado de nuestra cabeza, este sigue al sol y cerca del agua sufriendo los avatares de la meteorología, del viento salino, del polvo y demás agresiones. Si no queremos tener que recomenzar cada año con los cuidados necesarios y desgaste de barnices, pinturas o juntas de escotillas, mejor invertir en toldos que cubran lo más y mejor posible las partes que más sufren a bordo.
Aunque pueda parecer una inversión notable, a veces difícil de decidir, el proteger con toldos nuestro barco nos permitirá ahorrar posteriormente y a largo plazo.
El único problema de colocar toldos protectores con el barco a flote es su colocación y accesibilidad para cerrar todo y conservar un acceso fácil al barco, para echar un vistazo al interior, atender una urgencia o para quitarlos cuando toque.
• Desde proa tendremos para cubriry proteger el molinete de anclas, con parte eléctrica, mecánica y a veces hidráulica, que sufre de los cambios de temperatura y humedad, condensación e insolación. Una funda simple protectora bien sujeta, que transpire, es suficiente.
• Las escotillas, con su metacrilato, reciben el sol todo el día y éste sufre, envejece y deja de ser transparente en poco tiempo. Unas fundas con elástico que se ajusten a sus formas son fáciles de hacer y manufacturar, sin posibilidad de mucho error. Protegerán además sus juntas y cierres, que también sufren de inactividad.
هذه القصة مأخوذة من طبعة Octubre 2019 من Barcos a Motor.
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