Y el arte se apoder de la nada

Llegar donde el silencio es casi el único vecino y descubrir que la arquitectura y el arte forman parte del entorno de manera casi genética. Los museos en espacios naturales, casi perdidos, resuelven su aislamiento con vanguardia

- Mario Surez

The Chinati Foundation

Fue el artista estadounidense Donald Judd, uno de los maestros del minimalismo a gran escala, el que quiso que una zona del desierto de Marfa, en Texas, albergara un museo con instalaciones en formato XXL de un grupo de artistas contemporáneos. Por ello, en 1986, fundó este centro artístico en colaboración con Dia Art Foundation de Nueva York. Esta institución es un conjunto de experimentos artísticos para ver desde el aire o frente a frente y sentirse pequeño ante la creatividad del hombre. Durante estos años ha integrado piezas de artistas como Carl Andre, Roni Horn, Ilya Kabakov, Richard Long o John Wesley. Siempre son obras en las que la arquitectura juega con el entorno natural, ya sea dentro de su edificio central o en los alrededores, que bien parecen un paisaje lunar, con el hormigón o el acero como únicos pobladores. En total, son cerca de 1,4 kilómetros cuadrados para instalaciones específicas, donde la última, creada por Robert Irwin el año pasado, incorporó la luz y las sombras como objetos artísticos en sí mismos.