Suena el tono de llamada telefónica en el celular de David Hernández, un joven de 21 años para quien las llamadas le resultan extrañas e, incluso, “incómodas”, especialmente si llegan a durar más de cinco minutos.
“Contesto para no ser grosero o porque han insistido varias veces, pero la realidad es que no me gusta que me llamen y más, si no estoy de ánimo o estoy ocupado para contestar. Por eso siempre digo: ‘Llámame solo si es necesario’”, comenta.
Para su generación, que ha sido denominada como la ‘generación muda’, la frase “espero tu llamada” ha caído en desuso, y, en su lugar, se utiliza “me mandas un mensaje”. Este cambio de hábitos en la interacción se inserta en un contexto en el que la hiperconectividad ha privilegiado la inmediatez y un estilo de vida acelerado, dejando poca cabida a las llamadas por teléfono que antes, incluso, duraban horas. Ahora, la comunicación a través de plataformas como WhatsApp es cada vez más inmediata y limitada en caracteres.
Luz Corona, de 15 años, considera poco normal que alguno de sus amigos o compañeros de escuela envíe “un whats con mucho texto” o, incluso, mande notas de voz de más de tres minutos. La joven asegura que los stickers y emojis son sus principales herramientas de comunicación, mientras que el texto ha pasado a segundo plano. “Los mensajes, entre más cortos, mejor, también los stickers hacen que la plática sea más divertida. Puedo mostrar la emoción que estoy sintiendo en ese momento”, comenta.
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