EL NUEVO RITMO DE JEAN PAUL

TRES DÉCADAS DESPUÉS DE SACUDIR LAS BASES DE LA PERFUMERÍA CON SU PRIMERA FRAGANCIA, JEAN PAUL GAULTIER PRESENTA UN NUEVO JUGO Y 'GANG' QUE VUELVEN A ROMPER MOLDES.

CUANDO LA PRIMERA FRAGANCIA de Jean Paul Gaultier vio la luz a principios de los 90 revolucionó el universo de la perfumería. Imaginado por el reconocido nariz Jacques Cavallier, aquel jugo envolvente e hipnotizante cautivó al mundo entero gracias a una combinación explosiva: flor de azahar, jengibre y vainilla. Pero su carácter diferenciador no se limitaba a una inconfundible y reconocible estela. El frasco en forma de torso con un corsé, la pieza más emblemática del vestuario del enfant terrible, se convirtió en un símbolo. Treinta años después, Classique es considerado un perfume de culto y el punto de partida de una colección de grandes fragancias cuya firma se identifica al instante. Desde las esencias adictivas, con la obsesión de una nota amplificada en exceso, hasta los frascos icónicos y sensuales que rinden tributo a la mujer son marca registrada de la casa.

RUMBO A LO DESCONOCIDO

A lo largo de las tres últimas décadas, el creador ha encapsulado todo su savoir-faire en cada una de sus fragancias. La última en unirse a la saga, Gaultier Divine, se inspira en ese legado para celebrar la feminidad contemporánea. El artífice del jugo es Quentin Bisch, otro de los referentes de este sector. Bisch es conocido por crear Good Girl y Bad Boy de Carolina Herrera, Nomade de Chloé o 1 Million Parfum de Paco Rabanne.