Obras selectas

Nicolas Ghesquière repasa diez momentos clave de sus diez años como director creativo de womenswear, de Louis Vuitton... ¡Aunque hubiera tenido 100 para contarnos! Con las palabras de SYLVIA JORIF.

Cuando Vogue le pidió a Nicolas Ghesquière, reflexionar sobre C la sutil frontera entre el arte y la moda, él aceptó de inmediato este reto lleno de inspiración. En el fondo, un gran creador de moda siempre está rodeado de grandes referencias artísticas. Saint Laurent, Schiaparelli, Christian Dior... ninguno puede negarlo. Los gustos de Nicolas Ghesquière son múltiples y a menudo van orientados hacia el futuro, una forma de ver el mundo que ha definido su personalidad estilística. Luego de diez años en la dirección creativa de las colecciones para mujer de la casa Louis Vuitton, ahora repasa momentos fundamentales de su carrera. Especialmente su relación con todas las artes y cómo han contribuido en su divertida visión de la moda como disciplina (¿Arte o artesanía? Esa es la pregunta).

El primer desfile

"¡Claro que sí! El principio. Ese fue mi regreso a la moda. Marca el momento en que me relaciono con la maison, ahí donde ocurre la alquimia, ese lugar en donde se me pide que aporte un punto de vista. Este primer desfile titulado La Cour Carrée du Louvre, habla sobre mi llegada a esa industria de la moda, esa que valida -y que en cualquier caso- refleja el momento. Modelos como Rianne, quien cerró el show, o Freja, un referente de ese evento tan importante para mí, en los inicios con Vuitton y a lo largo de mi carrera. Y luego apareció esta silueta, una imagen, códigos que siempre he querido destacar y que me llevan hasta el día de hoy. Creo que he creado mi propio vocabulario. Esa primera vez fue un trabajo estilístico y esta colección no estaba ahí para ser pensada como un gran performance de moda. De hecho, en ese momento, me culparon por mostrar algo sobrio y reprimido. Pero el tiempo me demostró que fue lo correcto".