Trabaja tu músculo mental

Igual que fortalecer cualquier parte del cuerpo, construir la voluntad necesita entrenamiento.

- Por Brad Stulberg

Lo ves todo el tiempo en las redes sociales: “Eres más fuerte de lo que crees” y “tu cuerpo puede hacer lo que sea, cuando tu mente se lo propone”. Pueden sonar muy clichés, pero hay una verdad en esos mantras. La ciencia demuestra que nos podemos rendir durante un ejercicio porque creemos que nuestros cuerpos no aguantan. Es ese momento en que tus músculos queman y los pulmones arden. Te dices a ti mismo: “Sólo necesito un descanso rápido”, permitiendo que tus piernas bajen la velocidad y el ritmo cardiaco disminuya. Únicamente para darte cuenta después que probablemente habrías empujado más en ese instante de dudas.

Y esa exactamente es la prueba de que tu músculo de la voluntad podría beneficiarse de un poco de entrenamiento. Es como cualquier otro músculo: no saber usarlo puede atrofiarlo, haciéndolo más difícil de utilizar cuando lo necesitamos.

“La voluntad requiere entrenamiento. Entre más tengas, más puedes sobrepasar los retos mentales de fatiga y fisiológicos para convertirte en un mejor corredor”, dice Nathan DeWall, doctor y profesor de fisiología en la Universidad de Kentucky en Lexington, quien estudia la autorregulación.

Un entrenamiento duro de intervalos no es el único momento en que la voluntad puede flaquear. Tal vez sucede cuando eliges comer pastel en lugar de zanahorias, o cuando decides quedarte en el sillón viendo Netflix en vez de dormir.

La buena noticia es que ejercitar la voluntad es más fácil de lo que crees. Las siguientes tácticas te ayudarán a enseñar a tu cerebro a decir: “Sí, ¡vamos!”, cuando tu cuerpo grite: “Nooo”.

EMPIEZA POCO A POCO