Quid Pro Quo

Renault quiere otro éxito de ventas. A cambio, nos trae un automóvil de acceso a su gama que además hoy figura como uno de los más baratos en el mercado, disfrazado bajo esa temática crossover tan de moda.

- Hector Torres

Decimos ‘otro’ porque seguiría, de conseguirlo, al Duster que en su momento colmara las preferencias del que entonces era un nicho ofreciéndose como una alternativa para quienes encontraban en éste un SUV al alcance, situación que incluso hoy lo mantiene entre los 15 vehículos ligeros más vendidos. También a la Oroch –derivación de aquél– que recientemente repitió la fórmula si bien en el terreno de las igualmente populares pick-ups y que a un año de su lanzamiento no cede su sitio dentro de las cinco con mejores cifras de enajenación. Bien familiarizada con las tendencias que no pocos compradores imitan pues, la firma gala propone como un mini SUV a este pequeño que, en estricto sentido, es un hatchback urbano (segmento A) así se adorne con molduras de plástico extras en los pasos de rueda, puertas y defensas. La intención de presentarlo como tal es clave para lograr sus objetivos comerciales y aunque no hay tracción integral –algo con que apenas un Suzuki Ignis cuenta únicamente en algunos mercados y no por ello deja de ser inusual en esta liga–, tras ese designio sí aparecen ciertas bondades utilizables como un despeje adicional que lo deja a 18 centímetros del suelo, o un frente y retaguardia bocetados en ángulos adecuados y acompañados con protecciones que contemplan su paso por terrenos sin pavimentar.