Silvia Pinal... “Señora preciosísima, chamaca genial” (En palabras de Diego Rivera).

A sus 90 años anhela volver al teatro y hacer lo que más le gusta, trabajar. En su vida personal, le hace falta un novio o un amante, confiesa entre risas. A Silvia, le encanta que le digan “diva” porque su trabajo le ha costado, y es que no importa cuántos años pasen, ella es y siempre será “La Gran Diva de México”. Con una entrañable entrevista de trayectoria desde su icónica casa, en el Pedregal, Silvia Pinal nos cuenta cómo está hoy día.

- Por María del Mar Barrientos. Fotos Israel Hernández y Archivo Editorial Televisa

Era un jueves a mediodía cuando el equipo de CARAS llegó a la casa de Silvia Pinal. Entrar al emblemático lugar ubicado en Jardines del Pedregal da una sensación de haber retrocedido en el tiempo, como si nos hubiéramos transportado a otra época, la del cine de oro mexicano, para ser precisos. La residencia tiene un sinfín de plantas diversas, al interior, y las famosas monsteras, que son tan características del Pedregal. En medio una alberca enorme que acapara la atención de los visitantes, y como parte de la decoración, los protagonistas son los adornos chinos que sobresalen en cada uno de los espacios. Al fondo, en una pared, están empotrados unos cuadros muy significativos para ella, cada uno en su estilo. El primero de su hija Alejandra Guzmán, el segundo de su bisnieta Michelle Salas, y de Viridiana. Todos tienen un significado muy especial para ella. Pero, sin duda, el cuadro que más sobresale es el que está en la sala, con un marco dorado y un tamaño significativo. La icónica pieza fue hecha por Diego Rivera, cuando Pinal tenía 25 años. La diva posó durante tres meses para que se realizara esta pintura, con la cual se consolidó una gran amistad, entre la actriz y uno de los pintores más famosos de todos los tiempos. “Sigo teniendo el vestido que usé para ese cuadro”, nos confesó Silvia. Y vaya que el guardarropa de Silvia Pinal no es cualquier cosa, de hecho, ocupa un cuarto entero lleno de racks, con sus múltiples vestidos, abrigos y prendas elegantísimas que ha usado a lo largo de su trayectoria artística.

La casa de Silvia se construyó en 1954.