Un Nuevo Mundo El Mismo Terror

Tras el suspenso críptico de Prometeo, Ridley Scott regresa a uno de sus dones intergalácticos: crear pesadillas. Los xenomorfos están de vuelta en Alien: Covenant y estuvimos ahí para verlo.

- Miguel González

El camino de terracería conduce a una enorme explanada. A lo lejos se divisan gigantescos troncos de árboles secos, junto con unos escalones de mármol dignos de un gran edificio grecorromano.Hay figuras humanas dispersas por todos lados, quizás esculturas. Al aproximarnos más, es claro que aquí ocurrió una tragedia. Las esculturas son en realidad gente petrificada que, tal como sucedió en Pompeya, fueron inmortalizadas intentando escapar. Pero es hasta que nos acercamos que queda claro que estas víctimas no son humanos: miden unos dos metros y medio, y sus cabezas grandes son ligeramente distintas.

Estamos en las ruinas de la ciudad de los Ingenieros, construida en una antigua reserva de agua al oeste de Sydney, Australia, (donde también se filmaron los exteriores de la Citadel de Mad Max: Furia en el camino). Es el día 52 del rodaje de Alien: Covenant, que promete ser un regreso a la esencia de esa seminal franquicia de horror/ciencia ficción/acción que le diera pesadillas espaciales a toda una generación. Y no sólo será un regreso: promete ser un puente (o uno de los puentes) que conectarán a Prometeo (2012), con la saga original y los sucesos en la nave Nostromo que vimos en 1979.