Cómo Cuidarse De Las Madres Tóxicas

La relación madre-hijo/a es una de las más importantes que se establecen en la vida. Y si es mala, las consecuencias para los progenitores pueden crear diferentes conflictos en su personalidad, especialmente en la adultez.

A pesar de lo que comúnmente se cree no siempre una madre es una buena madre, es decir aquella que es capaz de generar sentimientos en los hijos que les permitan caminar seguros por la vida. Por el contrario, se entiende que una mala madre -o tóxica- es quien establece con sus progenitores una relación insana, basada en un vínculo patológico que obstaculiza su normal desarrollo psicoafectivo.

Entre las posibles causas que explicarán por qué algunas madres son tóxicas se encuentra la posibilidad que hayan sido maltratadas en la infancia; de esta manera su conducta fue modelada por el mismo trato que ahora imparten a sus hijos. Asimismo, una conducta inconsciente podría impulsarlas a actuar de esa manera.

Características tóxicas

Por su tradicional rol de cuidadoras y el especial vínculo de apego que establecen con los hijos durante la lactancia, la influencia de las madres en la crianza suele ser más determinante que la de los padres. No obstante, algunas pueden establecer una relación tóxica. Las principales características que las denotan son:

• Son madres que crean un vínculo negativo con sus hijos/as hasta el punto de hacer que acciones que en principio pueden fundamentarse en el amor y el afecto se transformen en actitudes que limitan la libertad y el bienestar.

• Son controladoras. Para ello usan las comparaciones y la humillación pública como método de control porque parecería que así las sometieron a ellas. Incluso quieren saber todo de sus hijos: qué hacen, dónde van o quiénes son sus amigos, en consecuencia, resultan adultos inseguros e indefensos.