Konstantin Grcic Para Nada Complicado

Abanderado De La Simplicidad –que No Del Minimalismo–, El Diseñador Alemán Se Afana En Desnudar Sus Piezas De Todo Ornamento Accesorio En Un Proceso Creativo Tan Complejo Como Su Objetivo Último: Llegar A La Misma Esencia De Las Cosas

- Andrés Rubín de Celis

Si es cierto que las cosas solo pueden entenderse correctamente cuando se capta su espíritu con pureza, lejos de las palabras e imágenes que las representan, Konstantin Grcic va camino de comprenderlo todo en diseño. Basta un rato de conversación con él para darse cuenta.

¿Ha cambiado tu concepción del diseño a lo largo de los casi treinta años que llevas firmando todo tipo de proyectos?

La verdad es que cuando empecé no tenía una idea demasiado concreta de qué era el diseño. Lo que quería era hacer cosas. Solo eso. Me sentía muy atraído por el doing, más allá de concepciones teóricas. Solo tras formarme en el Parnham College de Dorset y el Royal College of Art de Londres empecé a aprender verdaderamente el oficio, haciendo objetos. Desde luego que las ideas, esenciales, preceden a esa fase, pero yo descubrí el proceso a través de la fabricación. Solo de ese modo fui capaz de comprender –de apreciar más bien– la importancia capital de una buena conceptualización y planificación del conjunto. Sin ellas el resultado rara vez coincide con lo esperado.

Así que, tras la formación, la experiencia es algo así como un doctorado imprescindible, ¿no?