PROTEGE TU CABELLO DE LAS BAJAS TEMPERATURAS

El frío, la humedad o el viento, propios del invierno, pueden afectar de forma negativa al cabello y dañar el estado de su capa más externa. En definitiva, el frío aumenta la deshidratación y, por consiguiente, deteriora el aspecto de la melena.

- MARÍA VÍLLORA

El clima invernal trae consigo una menor dilatación de los vasos sanguíneos del cuero cabelludo, que son los encargados de transmitir al resto del cabello los nutrientes que este requiere. “Esto, a su vez, conlleva que se reseque, pierda vitalidad y se caiga con más facilidad. Además, factores como la humedad y la lluvia alteran su buen estado y aumentan su fragilidad, mientras que el viento arrastra polvos microscópicos que lo ensucian, lo que afecta también al ámbito estético”, explica el doctor Francisco Pilo, de la clínica Hospital Capilar.

Aunque la caída de pelo estacional suele afectar más en otoño y primavera, en invierno, la calefacción es un punto a tener en cuenta, ya que el calor hace que el pelo se encuentre menos nutrido, además de agredir a la estructura capilar y volverla más porosa y áspera., Si eres de nieve, no subestimes la adiación ultravioleta que se reº eja en ella: se crea un efecto pantalla que potencia la acción de los rayos solares, que llega a provocar quemaduras con más gravedad que las de la playa. Por esto, se recomienda evitar largas exposiciones al sol en la nieve o llevar un gorro de protección que impida el contacto directo con este agente.