Cambia tu ADN con ejercicio

Te hemos dicho hasta el cansancio que tienes que hacer ejercicio. Que vas a bajar de peso, que evitas que te dé diabetes, que te ahorras el infarto… Y te vale. ¿Pero nos harías caso si te dijéramos que esa media hora en bici y la clase de zumba pueden cambiar tus genes? No es broma.

Resulta que el ejercicio puede cambiar la forma y el funcionamiento de nuestros genes, y esto nos puede servir para mejorar nuestra salud. El genoma humano es complejo y dinámico, los genes todo el tiempo se están prendiendo y apagando, dependiendo de las señales bioquímicas que reciben del cuerpo. Cuando los genes están prendidos, expresan proteínas que desencadenan respuestas fisiológicas en distintas partes del cuerpo. Los científicos saben desde hace tiempo que algunos genes pueden encenderse o activarse como respuesta al ejercicio. Lo que no se conocía era cómo sabían que tenían que responder al ejercicio.

Aquí entra la epigenética, que son cambios que indican cuándo se prenden o se apagan los genes, pero sin alterar la secuencia del ADN (ve más sobre ello en la página 62). Estos cambios ayudan a que el gen reciba y responda a las señales bioquímicas del cuerpo, así los patrones cambian de acuerdo con tu estilo de vida.

Por ejemplo, comer de cierta forma o vivir en lugares con mucha contaminación pueden cambiar los patrones de metilación de algunos genes. Dependiendo de los genes involucrados, podemos modificar aspectos nuestra salud y hasta reducir o aumentar el riesgo de ciertas enfermedades. Algunos estudios han descubierto que una sola sesión de ejercicio puede cambiar de inmediato los patrones de ciertas células de los músculos, peeero… Lo que no se sabe es si a largo plazo estos cambios permanecen ni cómo lo hacen.

GLOSARIO

Genoma humano. Secuencia de ADN contenida en 23 pares de cromosomas.