Diego Luna en privado

A un año de haber pasado a la historia como el primer mexicano en formar parte de la galería de personajes de la saga Star Wars, como el líder rebelde Cassian Andor en Rogue One, el actor, director y productor regresa a hacer tierra a su país después de trabajar por primera vez con Woody Allen y lo hace en un lugar donde todo tiene sentido para él: el teatro.

- Por Manuel Meza. Foto Miguel Ángel Manrique

En Privacidad (de James Gra-ham), Luna es dirigido por Francisco Franco y alterna funciones con Luis Gerardo Méndez, ambos compartiendo con ocho competentes actores y arropados por una producción multimedia que provoca una reflexión alarmante, pero que también reivindica la importancia de verse a uno mismo y al prójimo sin un aparato electrónico de intermediario.

¿Desde cuándo fuiste consciente de la importancia de la privacidad y cómo aprendiste a lidiar con los riesgos que implica perderla?

Yo llevo reflexionando en esa frontera entre el yo público y el yo privado casi toda mi vida. Empecé a actuar a los seis años y me tocó ser bastante famoso como a los 12, con esa fama que te da la televisión, donde la gente conoce a un personaje tuyo y cree que sabe quién eres. Me tocó también vivir la transición del autógrafo a la fotografía, al momento en que los teléfonos se volvieron cámaras y yo sí lo padecí mucho porque recuerdo que el autógrafo era un pretexto para acercarse y tener un intercambio y eso se valoraba. La gente que no tenía el valor, no se atrevía porque iba a tener que verte a los ojos y conversar contigo, además de conseguir un papel y una pluma. Ahora, alguien se toma una foto contigo y llegan otros a pedirte una sin saber quién eres, no sea que sí vayas a ser muy famoso.