Transmitiendo El Amor Por Correr

Una de las tantas maravillas de ser corredor es que, sin saberlo, te conviertes en una especie de inspiración andante; algo así como un ejemplo con patas.

- Mariana Sánchez-Williams

Sin darte cuenta, mientras corres por la calle sirves de inspiración para muchos extraños que te observan y a quienes, en un instante, les despiertas la curiosidad por probar el deporte y les transmites esa sensación única para la cual no hay explicación, se ve, se nota y ¡se antoja!

Y aunque corremos por y para nosotras, cuando haces algo que te motiva tanto, quieres que todo el mundo lo haga; lo que yo llamo ‘contagiar el virus’.

Si somos capaces de motivar a quienes no conocemos, ¿te imaginas el impacto que podemos tener en nuestras familias?

No hay dicho más certero que el que dice que “el ejemplo arrastra”, y es que no es necesario que les digas a tus hijos lo que deben hacer; ellos siempre te están viendo.

Lo que verdaderamente habla por nosotros, no son nuestras palabras ni sermones sino nuestras acciones; los padres tenemos un ‘paquetote’ y una gran responsabilidad de criar niños generosos, empáticos, responsables, independientes y felices.

La mejor manera de hacerlo es predicando con el ejemplo y el deporte es una oportunidad fantástica para inculcarles mucho más que solo el gusto por el ejercicio.

Es fantástico ver cómo para los niños que crecen en una familia de papás corredores, correr es natural, es parte de su entorno y criar niños activos es uno de los mejores regalos que les podemos dar.

Porque el movimiento es vida, porque los niños activos son pequeños más sanos y porque como padres no nos podemos perder la oportunidad de compartir con ellos nuestra pasión por el running.

Qué tal cuando vuelves a casa después de una carrera y la mejor recompensa es su enorme sonrisa, la emoción de colgarse tu medalla y la infalible pregunta inocente de: “¿ganaron?”.