Viaje al centro de la Selva

Reconozco que soy una rata de ciudad, un amante de la noche y un prófugo del ejercicio. Pero esta vez no fue así: viajé a Puerto Vallarta para romper ese paradigma y conocer la magia de la montaña.

- Texto y foto: Pepe Treviño

No conocía las montañas que flanquean las playas de Puerto Vallarta y jamás había ido más allá de la Playa los Muertos, solamente visitaba este destino para disfrutar de la fiesta, la comida, los hoteles de lujo y otros placeres hedonistas, hasta esta ocasión, cuando rompí el cerco imaginario para experimentar las actividades ecoturísticas en paisajes naturales que solamente había visto en postales y folletos.

Los deportes extremos son ideales para conocer la selva que flanquea Puerto Vallarta.

Este viaje fue lo más cercano a lo que imaginaba acerca de una metamorfosis, me obligó a replantear la manera de seleccionar mi manera de viajar, de descubrir un destino turístico. Fue tal la experiencia que me hizo plantear la pregunta “¿Cuándo había sido la última vez que había hecho algo por primera vez?”, un cuestionamiento que puso en riesgo mi certeza, pero que me ayudó a conocer la serranía jalisciense, mi condición f ísica y mental.

El viaje comenzó desde que descendí del avión. La temperatura tropical de 32 grados centígrados me dio la bienvenida antes de llegar al hotel que funcionó como mi base de operaciones. Esta vez la alberca, las micheladas y los paseos nocturnos tuvieron que esperar. Subir a la montaña requiere de preparación f ísica y mental. Y así fue.