Gandhi Lecciones De Un Alma Grande

Hace 70 años tres disparos terminaron con la vida de Mahatma Gandhi, líder político y espiritual que le mostró al mundo que el único camino hacia la paz es la paz misma.

- Mónica Isabel Pérez

Cuando no quedaron más que sus cenizas, lo llevaron cerca del río y lo repartieron en una veintena de urnas, que desde entonces han te-nido varios destinos: el océano Índico, el río Yamuna y el sagrado río Ganges, entre los más conocidos hasta hace 10 años, al presumirse que la familia había esparcido en Bombay la última de las míticas cajas; muchas aguas vieron al “bapu” (padre) de India fundirse con quienes murieron antes que él y fluir en sus corrientes con la misma pasividad con la que sorteó la marea de violencia contra la que luchó en vida.

En su cremación, un millón de personas atestiguaron la forma en la que el fuego se levantó alimentado por una pila de madera de sándalo encendida por Ramdas, el tercero de sus cuatro hijos. Eran las cinco de la tarde y las llamas comenzaron a consumir el cuerpo cubierto de rosas de Mohandas Karamchand Gandhi, el hombre que a base de paciencia consiguió que su país se independizara del Imperio británico. Conocido con el sobrenombre “Mahatma” que significa ‘alma grande’, ardió ante su pueblo en una ceremonia sin precedentes.