Stephen Hawking – El genio vuelve al universo

En medio de homenajes y felices recuerdos de sus amigos, se ha despedido uno de los personajes más emblemáticos de la ciencia.

- Por María del Carmen López. Ilustración Charis Tsevis

El 14 de marzo, Robert, Lucy y Tim, los amados hijos del científico Stephen Hawking, compartían una inesperada noticia: “Estamos profundamente entristecidos por el fa-llecimiento de nuestro padre hoy. Era un gran científico y un hombre extraordinario cuyo trabajo y legado sobrevivirá por muchos años. Su coraje y persistencia, con su brillo y humor, inspiraron a personas de todo el mundo... lo echaremos de menos”. Así fue el anuncio de su muerte a los 76 años de edad, muchos más de los que le habían pronosticado los médicos cuando a los 21 le fue diagnosticada la esclerosis lateral amiotrófica, que lo acompañaría por los restantes 55 años.

Un joven normal

La historia de Stephen William Hawking empezó el 8 de enero de 1942 en Oxford, Inglaterra. Lejos de cualquier pretensión respecto a su genialidad, incluso, como pasa con muchos chicos de mente brillante, sus notas escolares dejaban mucho qué desear. En su juventud, cuando el momento de definir su carrera había llegado tuvo que rebelarse a los deseos de su padre, Frank, que le sugería estudiara Medicina, pero Stephen se negó de modo rotundo y optó por las Matemáticas, una matrícula que no estaba disponible en la Universidad de Oxford y, entonces, fue así como se decantó por la Física.