LOS JUEGOS DEL HAMBRE: BALADA DE PÁJAROS CANTORES Y SERPIENTES QUE RECOMIENCEN LOS JUEGOS

ANTES DE CONVERTIRSE EN EL PRESIDENTE SNOW, EL DICTADOR DE PANEM FUE UN JOVEN PROMETEDOR ENAMORADO DE UN SINSAJO

- Enid Román Almansa

Esta no es la historia de una rebelión. Esta es la historia de una época de paz y del precio a pagar por su preservación. Hace diez años que los Días Oscuros tras el alzamiento de los distritos contra la alta sociedad acabaron con el Tratado de la Traición. Como reparación tras la victoria, el Capitolio instauró un recordatorio para los rebeldes: cada vuelta al sol, 24 jóvenes de los distritos serán escogidos al azar para luchar a muerte en una arena. Sus vidas por las muertes de los jóvenes de la capital de Panem. Pero, este año, la tradición cuenta con una novedad: por primera vez, cada uno de los alumnos de la Academia del Capitolio será el mentor de uno de los participantes. ¿El objetivo? Conseguir convertir su tortura en un espectáculo. Damas y caballeros, bienvenidos a los décimos Juegos del Hambre. Prometemos que no serán como los recordaban.

Todavía faltan 64 años para que, en el día de la cosecha, una joven se presente voluntaria como tributo y se convierta en el símbolo de una rebelión. El tirano al que dio vida Donald Sutherland en la saga original es aquí un joven y prometedor alumno llamado Coriolanus Snow (Tom Blyth), decidido a recuperar el honor de su familia haciendo de los juegos el entretenimiento televisivo que el Capitolio desea que sean, cueste lo que cueste. Y a pesar de que las jóvenes mentes son maleables y de que su lealtad se verá comprometida por su amor hacia su protegida, la tributo Lucy Gray Baird (Rachel Zegler), los arcos de redención no funcionan en los viajes al pasado. Esta tampoco es la historia de una heroína y su amado, sino la de un futuro dictador.

La chica de la Bandada