Obra y manifiesto.

Un nuevo mundo es la exhibición construída por Denise de la Rue, con piezas que invitan a la mente a desafiar todo tipo de convencionalismos.

- KARINA GONZÁLEZ ULLOA  

La historia de la humanidad sirve para saber de dónde venimos, a dónde vamos, y para crear reflexiones sobre lo que significan cada uno de los sucesos que nos han marcado como especie y como personas. Gracias a esa documentación, mirar al pasado para aprender de nuestros errores y aciertos conforme avanzan las generaciones, hace posible ver esas experiencias bajo otra luz. Este es el caso de la mexicana Denise de la Rue, una artista con cimientos y voz propia, que posee una mirada que se expande a través del ojo curioso de un alma de artista.

Para aquellos que no la conozcan, Denise de La Rue es una mujer que cae poco en los convencionalismos, más bien se conecta con el significado de los milagros, en el sentido de que cree que todo lo que su mente encierra puede sacarlo al exterior, mostrándolo a modo de reflexión sobre cómo aprecia el mundo y las historias que encierra.

Una prueba se resguarda en el año 2014, cuando tomó la icónica obra Guernica para dar forma a una creación que apelaba a la contemporaneidad (apoyada por Succession Picaso, institución que le dio el permiso correspondiente para llevar esta idea a la vida), y que dejó su huella al ser el primer proyecto de índole artística que fue presentado durante una Asamblea General de las Naciones Unidas, en la ciudad de Nueva York.

Si bien esa pieza comenzó a tener todo tipo de referencias a nivel internacional, es con Un nuevo mundo que nos deja sin palabras.

"Es un proyecto del que estoy profundamente orgullosa. Toma como punto de inicio 21 cartas de Cristóbal Colón (éstas son propiedad de la Casa de Alba), que hacen una especie de reflexión paralela con todo aquello que vemos en el espacio, con esa curiosidad espacial".