Abbas Kiarostami

El arte de la confrontación.

- Carlos Jesús González

En sus fotografías más recientes se lo ve muy cansado. Parece un viejo iraní de postal que, tostándose al sol, mira cómo sus ovejas pastan en un paisaje extenso y polvoroso mientras él rumia sus últimos suspiros. A sabiendas de la voracidad gandaya del cáncer que padecía, habría dedicado sus últimos días a tratar de recordarlo todo, desde aquellos días en los que observaba a su padre pintar un mural –“mi infancia estuvo llena desilencios”, dijo en alguna entrevista–, hasta los efusivos besos que Catherine Denueve le plantó al entregarle la Palma de Oro en 1997, gesto que, por cierto, escandalizó a los celosos guardianes de la sharia en su país.