Estreno cinematográfico - La chica del tren

Alguien te observa…

- Elizabeth Peñaloza

Primero lo primero: ¿de qué trata La chica del tren? Sin spoilers.

Todos los días, Rachel Watson (interpretada por Emily Blunt) viaja en el tren de las 8:04, el cual la mayoría de las veces se detiene en un semáforo. Es en estos minutos en los que ella tiene ocasión de mirar aquella fila de casas victorianas que bordean las vías del ferrocarril, entre las que se encuen tra la que fue su hogar, en la que vivió lo que cree fueron los momentos más felices de su vida junto a su exesposo Tom, quien, por cierto, la dejó por otra mujer. Tras su divorcio, Rachel se sumergió en una depresión que la arrastró a una tendencia autodestructiva que conlleva, entre otras cosas, su descontrolado alcoholismo.

Para evitar la desagradable visión de ese lugar y la serie de recuerdos que desencadena –por no mencionar la inoportuna suerte de ver a su exesposo con su nueva familia–, Rachel se ha refugiado en la obsesión de lo que a ella le parece la vida perfecta de una pareja que vive en una casa a unas puertas de ahí: Jess y Jason, como ha decidido bautizarlos.

La vida de Rachel transcurre bajo esta monotonía hasta que un día, al detenerse en la acostumbrada luz roja, descubre a Jess –o Megan como se llama en realidad–, besándose con un hombre que no es su esposo. Aturdida ante esta situación y arrastrada por su vicio, Rachel se emborracha al punto de perder la consciencia, amaneciendo al día siguiente llena de moretones, golpes y un completo blackout de la noche anterior.