La agricultura orgánica, hoy en día, más que una moda es un estilo de vida. Un estilo de vida que procura alimentos frescos, locales y que provienen de granjas que cuidan la salud de la tierra, los animales, las plantas y también de los seres humanos. Orgánico no significa más caro como muchas personas creen. Orgánico significa libre de pesticidas, herbicidas y agroquímicos que enferman y contaminan la tierra, el agua, los alimentos.
Tener un huerto en casa es más fácil de lo que crees, puedes transformar cualquier área de tu hogar en un huerto productivo. Tu patio puede convertirse en un jardín comestible o tu azotea en un techo verde. No hay nada más delicioso que poder salir a tu huerto y cosechar alimentos frescos que tú mismo sembraste; el sabor, los colores y las variedades que pueden sembrar, sobrepasa cualquier producto que puedas comprar. No existe nada más orgánico que lo que tú sembraste, cuidaste, cosechaste y ahora está en tu mesa para nutrirte a ti y a tu familia.
ESPACIO
Lo primero que debes considerar antes de instalar tu huerto es encontrar un espacio soleado, que reciba un mínimo de entre 6 y 8 horas de luz directa, o sea, que el sol transcurra libremente sobre dónde estarán tus cultivos. Para sembrar necesitarás camas de siembra o macetas con una profundidad mínima de 30 cm. Urbanamente, nosotros utilizamos mesas de cultivo o ka’anche’, que son una adaptación de las camas elevadas que utilizaban los mayas para sembrar en sus solares o traspatios. Los ka’anche’s son muy cómodos, ya que los cultivos se elevan del suelo y el trabajo es más agradable.
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