La diseñadora israelí de alta costura, Galia Lahav, vendió recientemen-te un vestido a una futura novia por la cantidad de 150,000 libras (una suma equivalente a los cuatro millones de pesos).
La mayoría de las personas se gastaría esa cantidad en una vivienda. Pero para algunas mujeres, el sueño de tener un diseño único, que represente incontables horas de trabajo, elaborado con los materiales más suntuosos y, sobre todo, sea lo suficientemente espectacular para que en cada fotografía e historia de Instagram que se publique del atuendo, la gente se quede con la boca abierta, resulta priceless.
“Es lo que nos hace soñar”, afirma la diseñadora Sharon Sever, quien trabajó con Galia Lahav creando vestidos de novia de alta costura. “Estamos en la industria de los sueños”, afirma. Estos sueños van a la alza: Estados Unidos, Dubái, Inglaterra y Japón han visto crecer el mercado de las prendas de alta costura, especialmente en los vestidos de novia. Sigue siendo un mercado nicho, pero sin duda, uno que se incrementa de manera exponencial. La tendencia hacia buscar un wedding gown extravagante, que cada una de sus lentejuelas, brillos y aplicaciones denote todas las manos y horas que se necesitaron para su confección, cada vez es más popular.
Esta historia es de la edición Abril 2019 de Harper's Bazaar en Español.
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