El Lado Salvaje

Explorando el esplendor de la sabana desde Masi Mara hasta el Serengueti.

- Eléonore Marchand

Antes de arribar a una pista de aterrizaje rural a la mitad de Masái Mara, una de las reservas de vida salvaje más grandes de África al sudoeste de Ke-nia, podemos observar a través de la ventana de nuestro pequeño avión destellos de cebras tro-tando en perfecta sincronía. Pero en cuanto tocamos tierra, las manadas de elefantes y jirafas aparecen a una distancia cercana.

En nuestro camino de 40 minutos al alojamiento, por medio de las planicies de praderas amarillas y verdes, en una Land Cruiser 4x4 y sin otro vehículo a la vista, la vida salvaje parece impertérrita por nuestra presencia. Un sorprendente safari nos recibe con los brazos abiertos y podemos ver cómo un documental cobra vida y se devela ante nuestros ojos. Nos detenemos ante la vista de una manada de 20 leones alimentándose de un jabalí verrugoso. La matanza se llevó a cabo hace unas cuantas horas, explica nuestro guía. La leona es quien asesina, pero el león es el primero en alimentarse antes de compartirlo con el resto de su familia. Un león más joven intenta morder un pedazo del cadáver; sin embargo, es rápidamente desalentado por el golpe de una garra y un intimidante rugido por el líder de la manada.