Las grietas de Dwayne Johnson

De una infancia difícil a los cuernos de la luna –pasando por las nueve yardas de un campo de fútbol americano, y saltando desde un cuadrilátero de 20 pies cuadrados hasta un set cinematográfico donde el único límite es la imaginación- este digno sucesor del héroe de acción clásico aún tiene muchas peleas por ganar.

- Ilustraciñon y texto: Manuel Meza

Dwayne Douglas Johnson nació hace 44 años en California, pero su vida ha tenido varios cambios de ruta y no todos tan exitosos como se creería. Hijo único de padre canadiense y madre samoana, el hombre a quienes muchos aún conocen como The Rock se pasó buena parte de su infancia viajando por Estados Unidos y otras partes del mundo debido a las giras en diferentes ligas de lucha libre en la que participaba su papá (deporte en que también incursionaron sus abuelos paterno y materno).

A pesar de eso, su primer llamado no fue ni la lucha libre ni la actuación sino el fútbol americano, mostrando aptitudes siendo apenas un adolescente que medía ya los casi dos metros que mide ahora. Pero antes de enrolarse e intentar una carrera como atleta, tuvo una niñez convulsa, metiéndose continuamente en problemas con la policía cuando estaba en la secundaria y encontrando apenas su norte al imaginarse un gran futuro en la NFL.

Hubo un hecho que hizo que Dwayne tomara conciencia de la importancia del trabajo arduo cuando -viviendo con su madre en Hawai- regresó de la escuela con la noticia que se habían quedado prácticamente en la calle. En ese momento se puso a pensar lo que podía hacer para superarse: “Lo único que podía hacer era entrenar y construir mi cuerpo. Todos los hombres exitosos que conocía eran hombres con cuerpos trabajados”.

Cumplidos los 18 años fue reclutado con una beca en la Universidad de Miami y no tuvo que esperar mucho tiempo en la banca, estrenándose con muy buenos resultados pero enfrentándose pronto con lesiones que ponían en riesgo su incipiente carrera deportiva, pasando por episodios de depresión que casi lo inhabilitaron cuando al llegar la temporada de reclutas, ningún equipo profesional lo eligió.