Matt Damon - Un verdadero héroe de acción

Seducido por el legado del personaje al que no pudo evitar volver a prestarle la piel, el actor se enfrenta al reto de hacer justicia al rol que hace 15 años lo convirtió en estrella global y que supo convertir –más que en una maldición– en el digno trampolín para proyectos de menos impacto mediático, pero con mayor satisfacción personal y artística.

Seducido por el legado del personaje al que no pudo evitar volver a prestarle la piel, el actor se enfrenta al reto de hacer justicia al rol que hace 15 años lo convirtió en estrella global y que supo convertir –más que en una maldición– en el digno trampolín para proyectos de menos impacto mediático, pero con mayor satisfacción personal y artística.

 

- Manuel Meza

Regresar a un papel que catapultó su carrera en la década pasada parecía hace unos años una empresa imposible. En su esfuerzo por desentenderse de la presión a las insistentes preguntas sobre su posible regreso al personaje del agente encubierto de la agencia de inteligencia estadounidense, Matt Damon (Boston, 1970) siempre tiraba la estafeta al director que lo dirigió en las dos últimas entregas de la trilogía (The Bourne Supremacy, 2004 y The Bourne Ultimatum, 2007), el británico Paul Greengrass (Surrey, 1955).

Nominado al Oscar como mejor director por la estupenda película que muestra los últimos minutos del vuelo secuestrado por terroristas que se estrelló en Pensilvania en septiembre de 2001 —United 93 (2006)— Greengrass consiguió cierta atención con la cinta acerca de otra nave secuestrada por mercenarios en Captain Phillips (2013), pero nunca al nivel de esa colaboración que empezó, luego de que la relación de los productores con el director de The Bourne Identity (2002), Doug Liman, se estropeara sin remedio.

Ambos siempre evadieron el tema, hasta que llegó un momento en el que el equipo de producción original arrinconó a ambos artistas y decidieron revivir la franquicia, anticipándose tal vez, a que el interés se disolviera y que fuera imposible para Matt retomar un papel tan demandante física y emocionalmente, en estos tiempos donde las secuelas que no incluyan superhéroes se vuelven fracasos taquilleros.