El primer par de tenis que verdaderamente amé – The New Balance 1400 v3

“¿Qué significa la 'Z'?", le pregunté a mi abuela, mirando a la gran letra blanca cocida en el costado de sus tenis.

- Por Tom Heather Mayer Irvine: Fotografía de Trevo Raab

“Es una ‘N’, de New Balance”, me respondió. Mi Bubbie, o Bub, como le decía de cariño, no usaba otro tipo de zapato. Mi mamá una vez me contó que era porque New Balance era la única marca que hacía los tenis amplios para sus pies únicos. Tal vez tenía razón, pero apuesto a que era porque estos zapatos eran funcionales y cómodos. Bub no tenía tiempo para tonterías (y como mi abuela, yo tampoco)

Un par de veces al año, mi abuela iba a las fábricas centrales de New Balance en Boston para surtirse de estos tenis con una N y no una Z. En una de estas peregrinaciones, me llevó con ella. No recuerdo si necesitaba zapatos nuevos o simplemente quería unos. Con los abuelos eso no importa, te consienten cada que pueden.

Entramos y había hileras e hileras de gabinetes repletos de zapatos. Bub me dejó elegir los que yo quisiera: tenis grises con textura; amarillos con agujetas negras; negros con suelas rígidas -que ahora que lo pienso seguramente eran para escalar- y la N en color negro.

Para mí de 10 años, usar unos tenis como los de Bub implicaba otras similitudes que compartíamos: Trabajábamos mucho, éramos leales y activas.

Y aunque en ese primer viaje nunca me lo habría imaginado, exactamente como Bub, me convertiría en una fanática de New Balance.