San Diego Rock N' Roll Marathon

Los retos en la vida no son solo para mejorar un tiempo, una calificación o cumplir una meta. Un reto es simplemente trabajar cada día para estar más cerca de eso que piensas que es inalcanzable.

- Jose Manuel Nosti

Después de haber corrido mi tercer maratón en Berlín 2017, me estuve preguntando: ¿Por qué participar en un cuarto? Tenía claro que sería un reto personal, una satisfacción que nadie me contaría; sin embargo, algo que ya lograste tres veces se podría volver más que un nuevo reto: un estilo de vida. Muchos maratonistas dicen: “Encuentra un propósito en cada uno de tus maratones”, y después de Berlín lo sabía a la perfección. Como el sueño de todo corredor, era calificar a Boston en abril de 2019.

Los retos no son solo para mejorar un tiempo, una calificación o cumplir una meta. Un reto es simplemente trabajar cada día para estar más cerca de eso que piensas es inalcanzable. Siempre hay una serie de escalones que tendremos que brincar, pero si no le encuentras sentido ni tienes el objetivo claro, no pasarás del primer peldaño y llegar a esa meta nunca se hará realidad.

El pasado 3 de junio, a las 06:15 horas, empezó a correr el reloj del San Diego Rock n’ Roll Marathon y tenía 3:05:00 minutos para correr los 42.195 kilómetros. Los primeros pasos siempre están llenos de adrenalina y emoción, vas pensando en disfrutar y en lo que vendrá después de la siguiente vuelta.

Hasta el kilómetro 24 iba en el tiempo perfecto para lograr ese Boston Qualifier; recuerdo que me imaginé llegando a la meta prendiendo mi celular y recibiendo todos esos mensajes y buenas vibras de mis amigos, familiares y mi Crew (Mnks Running Crew), felicitándome por mi BQ.