Hunter S. Thompson – En el límite del camino

Hell’s angels, la leyenda sobre ruedas que azotó las carreteras de los estados unidos y que desmitificó el periodista gonzo Hunter S. Thompson.

- Luis Ramírez

En 1945, millones de soldados estadounidenses regresaron a sus hogares, triunfantes de la Segunda Guerra Mundial. El optimismo y las oportunidades para lograr el sueño americano estaban al alcance de su mano. Muchos lo consiguieron y formaron sus familias; construyeron una sociedad aparentemente tranquila y segura de sus valores. Mientras, una pequeña minoría un tanto desencantada se reinventaría el american dream encima de un bólido y recorriendo las autopistas, sin respetar ni importarles mucho la moral circundante.

Al final de la Segunda Guerra había en Estados Unidos más de doscientas mil motocicletas; una década después sobrepasarían el millón. Al iniciar los años 50, estos aficionados a las carreteras formaban clubes en los cuales revivían la intensidad y la camaradería que habían experimentado en los campos de batalla. Para algunos, era la manera de liberar el estrés laboral y una forma de escape antes de regresar a la rutina de las nueve a las diez y siete horas. Sin embargo, hubo un 1% que se lo tomo más en serio y convirtió las competencias y el motociclismo en un estilo de vida.

Los nombres de estos clubes no dejaban mucho a la imaginación, los Pissed of Bastards (Bastardos cabreados) o los Booze Fighters (Borrachos peleoneros) cumplían a cabalidad el mensaje de esta nomenclatura. Un 4 de julio de 1947, en un pueblecito de California llamado Hollister, aproximadamente cuatro milaficionados se concentraban pacíficamente para celebrar. Todo estaba bien organizado por la American Motorcycle Association (ama) hasta que la fiesta se salió de control: la destrucción del mobiliario público y los disturbios marcaron para siempre la leyenda y mala fama de los mcs (Motorcycle Club’s).