Orden y caos; gangas y artículos sobrevaluados; capitalismo y comunismo; bicicletas y coches de lujo. En Pekín se observa lo que en ningún otro lado.
En 1978 comenzaron las reformas económicas chinas, pero fue hasta inicios de los años 90 que, a excepción de la banca y el petróleo, se permitió la privatización y la competencia. Para 2005, el 70% del PIB provenía de la industria privada.
Hoy, a pesar de que en Pekín se observan tiendas como Louis Vuitton, Channel, Gucci o Prada con hordas de chinos en su interior consumiendo estos productos, a pocas cuadras se encuentran clásicos y centenarios barrios, llamados Hutongs, cuyas calles son tan angostas que los coches no caben entre sus muros, los comercios ahí dentro son humildes fruterías y verdulerías, así como tiendas de papel y pinceles, de instrumentos clásicos o spas locales que ofrecen un masaje de pies inolvidable, pero estos barrios casi mágicos son cada vez menos, pues el capitalismo poco a poco se los ha devorado.
CHOQUE CULTURAL
Esta historia es de la edición Febrero 2017 de FORWARD TRAVEL.
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