La reina ha muerto, ¡viva el rey!

Durante siete décadas se ha mantenido en un segundo plano, ocupando el primer lugar en la línea sucesoria y hoy sube al trono junto a su esposa Camilla

TENÍA solo cuatro años cuando Charles Philip Arthur George asistió en 1953 a la coronación de su madre como reina de Inglaterra. Se convertía entonces inmediatamente en heredero al trono británico y duque de Cornualles, un título que ha mantenido durante las siete décadas siguientes.

Además, fue nombrado príncipe de Gales y conde de Chester en 1958, aunque su investidura no se llevó a cabo hasta 11 años más tarde, cuando fue coronado por su madre en una ceremonia televisada celebrada en el castillo de Caernarfon. Pero ahora, tras la muerte de su madre, el príncipe Carlos se ha convertido oficialmente en el nuevo rey de Inglaterra, con el nombre de Carlos III.

Y sin embargo, el eterno heredero a la corona nunca quiso ser rey por una razón muy sencilla: eso significaba que su madre o abdicaba o fallecía y él no quería ninguna de las dos alternativas, así que parecía feliz en su papel.

Es cierto que en los últimos tiempos, y a medida que la presencia oficial de su madre disminuía, Carlos asumía funciones cada vez más relevantes. Y al aumentar las responsabilidades también se hacía más real la posibilidad de algún día llegar al trono.

La de Carlos y Camilla es, para muchos, una gran y preciosa historia de amor que ha perdurado en el tiempo. Empezó cuando ambos eran muy jóvenes y se mantuvo pese a que ambos se casaron con otras personas.

Aunque intentaron ser discretos, en más de una ocasión Carlos y Camilla fueron pillados por la prensa en actitudes que dieron mucho que hablar...