Sin ruido, sin alcanzar el estatus de autora popular que bien podría tener con la divulgación de su obra gracias a tantos reconocimientos, a Nélida Piñón le llovieron los galardones más prestigiosos: el Menéndez Pelayo en el 2003, el Jorge Isaac en el 2001, la medalla Gabriela Mistral en 1996 concedida por el Gobierno chileno, el Juan Rulfo en 1995, el de mejor novela del año en Brasil por Dulce Canción de Caetana (1987), el premio Pen Club y el de la Asociación de Críticos de Sao Paulo por La república de los sueños (1984) -que narra el éxodo de emigrantes gallegos a Latinoamérica- y bastantes más, incluido el Premio Príncipe de Asturias de 2005.
Pues bien, a este inmenso currículum de premios se le sumó que fue la primera mujer en presidir una academia literaria en todo el mundo (en 1996, la Academia Brasileña de Letras) y que ejerció como profesora en varias universidades de Estados Unidos (lo que también la llevó a recibir distinciones honoris causa). El Príncipe de Asturias vino a ser, de esta manera, el colofón de una trayectoria llena de apoyos institucionales, pero ahora, tras su muerte a los 85 años, sólo quedan sus libros, que al fin y al cabo es lo único importante en la trayectoria de un escritor.
Porque, tras todo el envoltorio de premios, millonarias cantidades de dinero y cargos influyentes, ¿dónde queda lo único que importa: la obra literaria? En otras palabras, la impronta artística de Piñón en la literatura universal, es proporcional al ingente número de galardones recibidos? Será función del lector, si lo desea, intentar recordar algún título memorable de la autora carioca que pudiera justificar sobradamente el premio asturiano.
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INGRID VITART
EL RITMO FRENÉTICO NOS ALEJA DE LA CONCIENCIA DEL SER
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FRANCESCA GIANNONE
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QUE TE ENCASILLEN ES BUENO PARA MANTENER UN PÚBLICO FIEL, PERO SE CONVIERTE EN UN PROBLEMA CUANDO QUIERES HACER COSAS DIFERENTES
JULIETA PARÍS
Julieta París es psicóloga y antropóloga, con extensa formación en Psicoterapia y un Doctorado en Psicología Clínica. Con más de dos décadas de experiencia, trabaja en Girona y online, especializándose en Mindfulness, Compasión y Psicoterapia Contemplativa, con estudios adicionales en Historia del Arte y Simbología. Docente en Psicología y Mindfulness, ha sido profesora, conferenciante y directora de posgrados, destacándose también en psicología deportiva de alto rendimiento.
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Mi amigo Tomás Hidalgo, que me considera un escritor en toda regla -a pesar de que me muevo en el campo de la literatura juvenil-, me entregó hace meses un manuscrito que, según me explicó, había sido encontrado por pura casualidad en el fayado de una casa de campo.
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Lleva más de cinco décadas viviendo en Suecia, incluso escribiendo sus obras en sueco, pero Theodor Kallifatides, su nombre le delata, es griego de nacimiento y un autor de prestigio en los últimos años.
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No es necesario escribir para ser escritor.
