Envueltos por Colombia

Amasijos, bollos y envueltos. El sabor de este país se esconde al interior de las hojas de plátano y de bijao. Aquí una receta que se disfruta mejor abierta, como un regalo. Con el arte de STEPHANIE RAMÍREZ y las palabras de RAMÓN BARRETO.

- RAMÓN BARRETO

Colombia es una tierra mágica. Tierra de riqueza y sabor. Hoy abrimos sus envueltos, amasijos y bollos como un regalo especial, uno que a diario se disfruta en las cocinas locales y que se levanta como símbolo de un país. Los amasijos representan justamente eso: todo el sabor de los fogones criollos, ofrecido al interior de las hojas de plátano, de bijao o de mazorca; en las palmas de iraca, también en hojas de conga. En su esencia, estos “bollitos” se abren como una oportunidad de explorar, en cada bocado de masa, todos los ingredientes de una nación abundante.

Fernando Peñuela, cocinero y gestor cultural enfocado en proyectos de gastronomía social nos muestra el corazón de esta receta y nos ayuda a entender su importancia: “Por años, los colombianos hemos estado desconectados entre regiones, además se generó mucha migración interna –no por gusto, sino por necesidad–, y así fue como se nutrieron en gran medida las cocinas tradicionales”.