CASI EL MX-30

Uno de los coches que fueron más comentados en el pasado Auto Show de Tokio, fue el ejemplar eléctrico de Mazda, el MX-30. A estas alturas, si bien no tarda en salir a la venta, se encuentran dándole los últimos ajustes, por tanto es imposible de manejar. No así su paso anterior, su prototipo, el e-TPV. Un acercamiento muy próximo de lo que podemos esperar al volante del MX-30.

- MIGUEL G. PUENTE Y JORDI MORAL

Mazda nos ha dejado conducir un CX-30 de color negro mate, que con los vivos colores de los CX-30 habría pasado totalmente inadvertido a cualquiera. Hasta hace nada, rodaban con unos crípticos letreros en el lateral que conseguían que, además, el camuflaje llamara la atención. Los letreros en cuestión ponían e-TPV, que son las siglas que emplean los ingenieros de la central de Mazda en Europa, concretamente en Alemania, para sus vehículos prototipo en desarrollo ( “Vehículo de Prueba de Tecnología Eléctrica”). Así fue hasta que el departamento de marketing tomó cartas en el asunto, y decidió que era el momento de lanzar la ingeniosa denominación que estaban preparando para dar nombre a todas aquellas ambiciosas actuaciones de electrificación que esperan a Mazda en los próximos tres años: “e-Skyactiv”. Bajo este nombre entrarán la hibridación suave, la hibridación completa, el eléctrico con autonomía extendida, el híbrido enchufable y el eléctrico. Con una carrocería muy deportiva, y con una cierta estética coupé, este prototipo está compuesto por un motor eléctrico de 105 kW (el equivalente a 143 HP de potencia) y con 265 Nm de par, se trata de un SUV de tracción delantera que cuenta con una poderosa batería de iones de litio de 35.5 kWh de capacidad.