EL Rey Juan Carlos fue intervenido el pasado 24 de agosto en el hospital Quirón de Pozuelo de Alarcón (Madrid) a causa de una obstrucción arterial. Era una cirugía programada desde el pasado junio, cuando se sometió a su revisión rutinaria anual. “La cirugía ha finalizado con éxito y ha consistido en la realización de tres by-pases aorto-coronarios”, según el primer parte médico.
El monarca había ingresado la noche anterior, sobre las diez de la noche. Llegaba en coche,con una sonrisa y aparentemente relajado: “Me veréis a la salida”, dijo a los numerosos medios congregados a las puertas de la clínica.
Ingresó muy sonriente
Con su actitud evitaba todo dramatismo ante la alarma inicial al conocerse que sería operado a corazón abierto. En los últimos años se sabía de sus problemas de movilidad, pero no cardíacos. Hasta en 17 ocasiones ha pasado por el quirófano a lo largo de su vida, así pues, digamos que ya no se asusta. La última fue el pasado abril para extirparle de forma preventiva una lesión cutánea en el rostro causada por exceso de sol.
El hecho es que en estos meses Don Juan Carlos ha realizado una vida completamente normal, e incluso un poco más allá considerando sus 81 años de edad.
Sin parar
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