Isabel Pantoja no estafo a su hijo Kiko Rivera: así se fraguó la adjudicación de Cantora y el resto de la herencia de Paquirri

Isabel Pantoja, acompañada de Ramón Calderón, su abogado y representante legal de su hijo, salió muy sonriente de Banco Español de Crédito de Sevilla.

NO hubo ningún engaño. Isabel Pantoja no hizo firmar a su hijo, Kiko Rivera, la renuncia de una parte de Cantora para ponerla a su nombre. Ni con 18 años, ni con 3 ni con 30. Nunca ocurrió eso. Otra cosa es que no se haya cumplido la voluntad de Francisco Rivera ‘Paquirri’. Ahí tiene toda la razón el hijo del diestro y la tonadillera. No se ha llevado a cabo lo que el torero dejó escrito en testamento. Pero eso es así desde el 24 de septiembre de 1987, día en el que se firmó el reparto de la herencia. Por cierto, tampoco fue en ninguna notaría, fue en el edificio del Banco Español de Crédito de Sevilla. Notario, albaceas, repartidor y herederos se desplazaron hasta allí.

Tras tres años de duros reproches y acusaciones, las familias Rivera, Ordóñez y Pantoja firmaron un acuerdo. Sin embargo, no se respetó la voluntad de Paquirri

Duros enfrentamientos

Tan solo quedaban 48 horas para que se cumpliera el plazo que Paquirri dio como máximo para que se realizara el reparto de su herencia: tres años desde su fallecimiento. Así lo estipuló en su testamento. Si no se firmó antes fue porque las partes no llegaron a un acuerdo. Estos tres años fueron de duros enfrentamientos entre las partes llamadas por testamento a heredar: su padre, Antonio Rivera; sus hermanos Antonio, José y Teresa Rivera; y sus tres hijos, Francisco y Cayetano Rivera Ordóñez y Francisco José Rivera Pantoja.

Al final los Ordóñez y los Rivera aceptaron su jugada maestra y consintieron que no se respetara la voluntad del torero