CÉLINE Y JULIE VAN EN BARCO Jacques Rivette, 1974

UN VERANO SIN BLANCA, UN DIRECTOR EN LA ESTACADA Y DOS ACTRICES EN ESTADO DE GRACIA SE PUSIERONA HACER CINE JUGANDO A LAS PELÍCULAS

- DANIEL DE PARTEARROYO

SI ALGO NO SOPORTAN LOS PARISINOS es no tener planes en verano. Ni Jacques Rivette ni Juliet Berto nacieron en París, pero allí vivían en el verano de 1973 y las cosas no pintaban muy bien en lo económico para permitirse fantasear con una buena escapada. Así que decidieron inventarse una película que fuera igual de divertida de hacer que irse de vacaciones. Si era barata, mejor.

Rivette acababa de sufrir un duro varapalo, lamentado hasta el final de su carrera, con la cancelación de Phénix, una película de época sobre la escena teatral parisina de principios del siglo XX. Requería un presupuesto demasiado elevado, sobre todo después de la práctica invisibilidad de su anterior filme, que habían sido dos: la monumental Out 1 (1971) y el remontaje de sus 12 horas y pico de metraje en una versión de 260 minutos, Spectre (1972); operación de condensación a la que el cineasta dedicó un año entero en la moviola. Berto, una de las protagonistas de Out 1, tenía un papel en Phénix y también se había quedado tirada. “Había rechazado otras cosas para hacerla. Ambos nos encontramos en la estacada”, relataba la actriz un año después en una entrevista para Positif. Cuenta que, un día a principios de junio, Rivette la llamó y le dijo que su conocido Barbet Schroeder le había preguntado si tenía alguna otra película en mente. Buscaba un proyecto rápido para su productora y podía ayudarle. “Sí, sí, tienes otra película”, le contestó ella. El verano estaba a punto de comenzar.