ES IMPOSIBLE ESCRIBIR SOBRE MARK DUPLASS sin hacerlo sobre su hermano Jay. Literalmente imposible. Sus biografías y sus filmografías están tan profundamente enraizadas que para contar la historia de uno hay que pasar por la vida del otro. La primera prueba de ello es la historia que una de sus mujeres cuenta en Like Brothers (Ballantine Books), el libro que los Duplass coescribieron a calzón quitado en 2018: cuando eran niños, cada hermano tenía su propia habitación en la casa suburbial de Nueva Orleans en la que vivían. Sin embargo, ellos preferían escaparse todas las noches y compartir cama. No solo eso. Bajo las sábanas, los Duplass soñaban con compartir habitación y charla nocturna el resto de sus vidas. Aunque Hollywood, la madurez y sus familias se interpusieron entre ellos y su sueño infantil, esta temprana compenetración, complicidad, codependencia y aprecio profundo es un buen resumen de su relación.
Mark y Jay Duplass tenían siete y once años cuando la televisión por cable llegó a sus vidas. En Like Brothers, resaltan este hecho como uno de los grandes acontecimientos de su infancia: fue entonces cuando descubrieron HBO. “Nos despertábamos un sábado y empezábamos viendo Kramer contra Kramer. Luego, seguíamos con Gandhi, Gente corriente, El cazador o La decisión de Sophie. No veíamos estos dramones de manera pretenciosa, como si fuesen mejores que Star Wars. Simplemente, conectábamos con aquellos espíritus que pasaban por divorcios, traumas o incluso la muerte”, recuerda Mark Duplass.
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