Katy Perry – El sueño adolescente que conquistó al mundo

Part of Me deja en claro que ya no basta con escribir buenos temas, es necesario hacer ver a la gente que uno es como ellos.

- Por Carlos Jesús González

Este artículo no es para los seguidores del fenómeno pop llamado Katy Perry. A estos ni siquiera les pasa por la cabeza la opción de no ir al concierto que la cantante brindará en México este mes. Lo conocen todo: desde los títulos de las canciones del disco de góspel que grabó en los albores de su carrera –bajo su nombre real, Katy Hudson–, hasta los platillos de sushi que consume cada que pasa por Tokio. No es el caso, sin embargo, de los que acudirán al convite por razones que no tienen que ver con el fanatismo, aquellos que cuentan con una entrada por motivos variopintos: por ser el acompañamiento de su pareja, la hija o el amigo, una apuesta perdida o ganada, una adicción incurable a los eventos masivos o simple y llana curiosidad.

A ellos habría que recetarles un apacible visionado de Katy Perry: Part of Me, documental de 2012 dirigido por Dan Cutforth y Jane Lipsitz, que tiene la cualidad de conmover hasta a una piedra. Al igual que Demi Lovato en Stay Strong o Lady Gaga en Five Foot Two, –por mencionar otros documentales que siguen el mismo patrón–, Perry opta por hacer a un lado algunas de las corazas que protegen su intimidad de superestrella y decide mostrarse al mundo tal cual es, sin filtros ni ambages.