La playa es mejor entre primos

De visita en Como novio de pueblo

- Por Amanda Adame

Warner Bros. ha sido gran partidario de las comedias mexicanas. En 2006, el estudio produjo Efectos secundarios, primer largometraje de Issa López (Vuelven). A esta cinta le seguirían otros títulos como Recién cazado (Rene Bueno, 2009) y No eres tú, soy yo (Alejandro Springall, 2010), y aunque todas gozaron de una buena recepción entre el público y la taquilla, sería hasta 2013 cuando el estudio filmaría y estrenaría aquella que se volvería histórica: Nosotros los Nobles, que hoy ocupa el segundo lugar en las películas mexicanas más taquilleras. Este 2018, y nuevamente de la mano de Leonardo Zimbrón –quien produjo la ópera prima de Gary Alazraki–, la apuesta de Warner es Como novio de pueblo, una comedia que pretende encantar a las audiencias con una fórmula de humor universal y singulares toques mexicanos.

A nuestra llegada al set, ubicado en  Puerto Vallarta, un caluroso día de noviembre cae sobre nosotros mientras entramos a una casa de huéspedes que el departamento de arte ha transformado en un idílico hostal bohemio. Esta locación es la más importante de la cinta, pues es en este lugar utópico –que ahora parece tan tranquilo–, donde ocurrirán los eventos catárticos de la película (que no podemos revelar aún). Mientras nos sentamos en el comedor del hostal para iniciar las entrevistas con el elenco y realizadores, el ambiente acogedor del hostal –decorado con fotos y recuerdos de los personajes cuando eran chicos–, nos hace sentir como unos huéspedes más.