Obsesiones – Baños de bosque

Una caminata en el bosque

- Por Kelly DiNardo

Los baños de bosque no solo son relajantes, sino que ayudan a reconectarse con la naturaleza.

Maine, el estado con más territorio forestal en Estados Unidos, es rico en espacios verdes para baños de bosque, como el Parque Nacional Acadia.

Froto las agujas de pino entre el pulgar y el índice. “Realmente te llevan ahí”, dice Josh Heath mientras toma un puñado de agujas, las aprieta entre las palmas de las manos e inhala profundamente. Hago lo mismo que él y, al llevarme las manos al rostro, inspiro la esencia cítrica.

Después de esto, Heath me muestra cómo hacer el “paso del zorro” para entrar en contacto con la naturaleza: un movimiento semicircular que realizo al apoyar primero mi talón en el piso, y luego el dedo gordo seguido del dedo pequeño. Nos deslizamos por el sendero y Heath me pide que ponga atención en lo que se mueve. Me siento más como Elmer Gruñón que como una zorra vigilante y tengo que callar mi escéptico monólogo interno para concentrarme en lo que me rodea. Cuando lo logro, puedo ver los helechos, que hacen reverencias y saludan. Observo una ardilla que se escabulle por la vereda y una libélula que sobrevuela el muelle de un lago.

Para cuando llegamos ahí, me doy cuenta que ver algo en específico me ayuda a concentrarme y permanecer presente. Vemos a unas personas remar en kayak por el lago, en las montañas Poconos, donde tomo una lección de baño de bosque mientras el sol me calienta el rostro.