¿Realmente nos importa si 5 Seconds of Summer es una banda de rock en forma ? A ellos sí.
El sol californiano cae sobre el cielo de Bel Air, pero en la casa de 5 Seconds of Summer, el dia apenas comienza. Hay manchas de vino tinto en el suelo de la piscina, con vista al Chateau des Fleurs, una mansión de 100 millones de dólares que ha estado en el mercado desde su construcción, y el Océano Pacífico a la distancia. La chimenea está rodeada de envases de cerveza. “Seguro se levantan pronto”, me dice la asistente británica de la banda, Zoë, quien lee un libro mientras esperamos. Ocasionalmente, intenta mandarles mensajes de texto a los chicos en lugar de derribar las puertas. Nadie contesta.
Luke Hemmings, el líder y galán de la banda australiana, baja por las escaleras hacia la cocina, vistiendo solamente una camiseta y ropa interior negra ajustada. Su rubia cabellera –inspiración de varios tutoriales en YouTube– está revuelta. “Perdón por estar en ropa interior”, murmura. “Estoy muy crudo”. Vuelve a su habitación.
A ESO DE LAS 5 PM EL DÍA COMIENZA. El bajista Calum Hood –que tie-ne 20 años pero todavía parece el atleta de preparatoria que solía ser– se aproxima con un refresco en la mano. “Déjame ponerle bourbon a esto”, me dice. El guitarrista Michael Clifford está vagando dentro de la casa. “Todavía se siente mal”, dice el bajista, prendiendo un cigarro. Pero un rato después llega Clifford con la camisa desabotonada, pálido pero más fresco de lo que podría esperarse. “¡Estoy pinche vivo!”, grita. “Perdón, neta me estaba muriendo”.
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