Una vuelta al Mediterráneo en ocho días
Food & Wine en Español|Agosto/Septiembre 2022
Un crucero es, quizá, la forma más fácil de conocer varios países sin tomar aviones o pasar miles de kilómetros en la carretera.
Anabel Oviedo
Una vuelta al Mediterráneo en ocho días

CUANDO RECIBÍ LA NOTICIA de que me iba a un crucero a Europa, me emocioné mucho y a la par, me puse nerviosa. Sería la primera vez que me aventuraría a pasar más de una noche en medio del océano. Pensaba en todo lo que podía salir bien, como conocer otros países, probar comida hecha con ingredientes frescos, practicar mi francés oxidado y visitar regiones vinícolas icónicas; aunque también, confieso, pensaba en la fragilidad de mi estómago, los mareos y la triste historia del Titanic.

Nunca había tomado un crucero, nunca se me había ocurrido hacerlo. Quizá porque, como mucha gente, tenía ciertos prejuicios, lo asociaba a un turismo de gente mayor o lleno de parejas celebrando su luna de miel; pensaba que el ambiente sería muy familiar-con niños corriendo y llorando alrededor-, con precios altos e incluso podría resultar aburrido. Creía, ilusamente, que iba a descifrar el barco completo en un par de horas y que la comida a bordo podría decepcionarme. Nada más equivocado: la película Titanic nos hizo mucho daño, pero por suerte se está haciendo justicia al turismo de cruceros.

This story is from the {{IssueName}} edition of {{MagazineName}}.

Start your 7-day Magzter GOLD free trial to access thousands of curated premium stories, and 9,000+ magazines and newspapers.

This story is from the {{IssueName}} edition of {{MagazineName}}.

Start your 7-day Magzter GOLD free trial to access thousands of curated premium stories, and 9,000+ magazines and newspapers.