PARÍS

París es una ciudad para soñadores, para contemplar tejados de pizarra gris y pasear por bulevares llenos de historia. Sin embargo, la escena hotelera solía ser todo menos soñadora: más allá de los lujosos hoteles palaciegos de más de cinco estrellas, la capital francesa era conocida por sus habitaciones del tamaño de una estampilla y su decoración anticuada. Dónde alojarse aún es, por supuesto, la pregunta del millón, pero afortunadamente el panorama hotelero se ha transformado en los últimos años. Ahora abundan los hoteles boutique, surgen divertidos bares en las azoteas y el gélido servicio se ha descongelado. Aunque las piscinas y las camas enormes todavía son raras, las últimas aperturas han inyectado color y estilo, desde el Marais hasta la ribera izquierda del Sena

- ELEANOR ALDRIDGE

Lo mejor para el lujo moderno

$$$ HÔTEL MADAME RÊVE

Una antigua oficina de correos es el inesperado escenario de este cinco estrellas, que ya está inmerso en el panorama de la ciudad a pesar de llevar abierto menos de dos años. Los pasillos están impregnados de una fragancia de cedro y palo de rosa de Olivia Giacobetti, las luces son bajas y los colores intensos. Cada una de las 82 habitaciones combina madera de nogal con toques de cuero y obras de arte. El café de la planta baja, que recuerda al salón de un castillo con techos de seis metros de altura, el restaurante de alta cocina La Plume y una amplia azotea con su bar y vistas que van desde la Torre Eiffel hasta Sacré-Coeur, son los elementos centrales de la original visión del hotelero Laurent Taïeb. Los paneles solares situados junto a las sillas para asolearse proporcionan 50% del agua caliente del hotel. El pequeño spa no es gran cosa, pero las habitaciones y su ubicación, cerca de la Bolsa de Comercio y el Louvre, son únicas. HABITACIONES: desde 617 dólares. madamereve.com

Lo mejor para los juguetones

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